Descripción
La globalización económica actual es el caso más extremo de organización social compleja de la historia, y la base energética y material de esta complejidad está menguando.
No sólo los recursos brutos concentrados son cada vez más escasos, sino que las inversiones anteriores en infraestructura (por ejemplo, puertos) están en proceso de decadencia y enfrentan amenazas cada vez mayores derivadas del cambio climático y las perturbaciones sociales. El colapso de sociedades complejas es un hecho históricamente común pero lo que enfrentamos ahora es a una escala sin precedentes. Contrariamente a los pronósticos de la mayoría de los demógrafos, la urbanización invertirá su curso a medida que la globalización se desvanezca durante el siglo XXI. La eventual disminución de los flujos de hidrocarburos fósiles y la incapacidad de las energías renovables para sustituirlos por completo crearán una deficiencia de energía para alimentar aglomeraciones urbanas infladas y requerirán un traslado de las poblaciones humanas de regreso al campo. En resumen, el futuro es rural.
Dados los cambios drásticos que se están produciendo, este informe tiene cuatro objetivos principales:
Comprender cómo llegamos a una sociedad altamente urbanizada y globalizada y por qué es inevitable una sociedad más rural y relocalizada.
Proporcionar un marco (ciencia de sostenibilidad y resiliencia) sobre cómo pensar sobre nuestra situación y los cambios que serán necesarios.
Revisar los aspectos más destacados de la agronomía, la ciencia del suelo y los sistemas alimentarios locales, incluidas algunas de las escuelas de pensamiento que están adaptadas. a lo que hay en la tienda.
Ofrecer una estrategia y tácticas para fomentar la transformación hacia un entorno local, sistema alimentario sostenible y resiliente.
Este informe analiza la situación energética de la sociedad; explora las consecuencias para la producción, transporte, almacenamiento y consumo de alimentos; y proporciona información esencial y consejos potencialmente útiles a quienes trabajan en la reforma y la adaptación.
Presenta un mensaje difícil. Nuestro sistema alimentario corre un gran riesgo de sufrir un problema del que la mayoría aún no es consciente: la disminución de energía. Debido a que el problema es la energía, no podemos confiar en tecnología innovadora justo a tiempo, expertos brillantes y agricultores anónimos en algunas tierras lejanas para abordarlo. En cambio, debemos afrontar la perspectiva de que muchos de nosotros tendremos que ser más responsables de la seguridad alimentaria. Las personas en países altamente urbanizados y globalmente integrados necesitarán reruralizar y relocalizar los asentamientos humanos.